Barcelona vuelve a invertir en la restauración de su patrimonio arquitectónico

Barcelona vuelve a invertir en la reforma de sus edificios históricos con claro valor patrimonial, después de años de crisis en los que este tipo de intervenciones en la mejora del paisaje urbano sufrieron un vertiginoso descenso. En estos últimos meses, según el gremio del sector, se han doblado las restauraciones de fachadas e interiores de inmuebles catalogados, entre ellos elPalau Pignatelli, inmueble gótico que alberga el Reial Cercle Artístic; la Casa Burés (1905), obra de Francesc Berenguer; laLleialtat Santsenca (1928), de Josep Alemany, y la Casa Vídua Marfà (1901), señorial vivienda que Manuel Comas i Thos alzó en la esquina del paseo de Gràcia con València.

Daniel Mòdol, edil de Patrimonio del ayuntamiento, considera que la arquitectura es uno de los principales valores de la capital catalana. “Las reformas de joyas arquitectónicas están aumentando, pero queda mucho por hacer y no solo en el ámbito patrimonial de la ciudad”, declara Mòdol, que insiste en que el consistorio no solo se ciñe a la restauración de edificios singulares. Aunque hay interés municipal por ampliar el mapa de adquisiones de edificios catalogados. En estos momentos, Ciutat Vella negocia la compra de laFoneria de Canons, propiedad de la Generalitat, para restaurar y transformar en un equipamiento vecinal este espacio abandonado en el inicio de la Rambla.

Las empresas de restauración han incrementado los encargos de estudios para iniciar obras. Eduard Thió, copropietario de Chroma, taller especializado en la restauración de casas con valor patrimonial, reconoce que ha doblado el trabajo pero todavía no alcanza los ingresos anteriores a la crisis. “Antes del 2008 superábamos los dos millones de euros anuales, durante los peores años no pasábamos de los 400.000”, informa.

Su equipo de artesanos trabaja en la fachada ‘déco’ deledificio CESE (1926), en Via Laietana, 6, obra de Antoni Puig; en el edificio modernista protegido de Margarit, 25; en una finca noble de Enric Sagnier en Ausiàs March, 39, y en el muro barroco de la calle Petons. Otra obra destacada es el alero cerámico de grandes dimensiones del paseo Colom, 24, que nadie antes había osado afrontar por sus dimensiones, voladizo y peso. Y por fin, se inicia la restauración de la Lleialtat Santsenca, la antigua cooperativa de Sants reivindicada históricamente como equipamiento por entidades del barrio y que ha estado más de un año con las obras paradas por la retirada de las empresas adjudicatarias.

Fuente: elperiodico